1. Aspirado regular

El aspirado es la forma más básica y efectiva de mantener una alfombra limpia. Se recomienda aspirar las alfombras al menos una vez por semana, o más frecuentemente en áreas de alto tráfico. El uso de un aspirador con filtro HEPA es ideal, ya que atrapa incluso las partículas más pequeñas.

2. Limpieza con vapor

La limpieza con vapor es uno de los métodos más profundos para eliminar la suciedad y las bacterias incrustadas. Este método utiliza agua caliente y un limpiador especializado que penetra en las fibras de la alfombra, eliminando la suciedad y los contaminantes. Es recomendable realizar este tipo de limpieza cada 6 a 12 meses, dependiendo del uso.

3. Limpieza en seco

Este método utiliza un polvo o espuma especial que se aplica sobre la alfombra, se cepilla y luego se aspira. Es ideal para alfombras delicadas o cuando se busca una solución rápida sin tiempos de secado prolongados.

4. Eliminación de manchas

Para eliminar manchas específicas, es importante actuar rápido. Dependiendo del tipo de mancha, se pueden utilizar diferentes productos como vinagre, bicarbonato de sodio, o productos de limpieza comerciales. Siempre prueba los productos en una pequeña área de la alfombra antes de aplicarlos en toda la mancha para evitar decoloración o daños en las fibras.

Cuidados adicionales para prolongar la vida de tus alfombras

• Coloca felpudos en las entradas: Esto reducirá la cantidad de suciedad que entra a la casa.
• Reorganiza los muebles periódicamente: Esto evita que las alfombras se desgasten en áreas específicas.
• Usa protectores para muebles: Así evitarás marcas permanentes en las alfombras.
• Ventila las habitaciones regularmente: Esto ayuda a eliminar la humedad y evitar malos olores en las alfombras.